Practicar en medio de un paraje natural tiene muchas ventajas, el aire, hay menos ruidos, los colores de la florestación, conectar con esa vida un poco más salvaje que hace que fluya nuestra energía más primitiva y que entremos en contacto con ese maravilloso Uinverso que nos sostiene y también con otros seres vivos.
Como por ejemplo con este amiguito que se unió a la práctica, con él hice estiramientos, chikung y la forma de Taichi. Debo decir que fue todo un placer y un honor compartir un rato con él, en el que me brindó una energía cariñosa, respestuosa y confiada. Fue un aprendizaje más.
Con mi maestra, en la naturaleza, los movimientos cobraron otra dimensión. Con más latencia que otros, los ejercicios de corazón empezaron a mirar al cielo infinito desde el infinito ser presente, consciente. Te puedes sentir tan pequeño y tan grande, te engrandece reconocer el honor de dialogar con lo inmenso, desde el gran respeto a lo más pequeño, por su bella voluntad de ser...
ResponderEliminarEn chino, se diría 子 "zi"(semilla, algo pequeño y duro, constituyente, el hijo, la primigénea rama).
Gracias, maestra, por estar abriendo todo este espacio. De la montaña a Gràcia se hace difícil, sin embargo a veces al sacarse la ropa caen hojas... y te das cuenta que traes contigo un paisaje.